La AIER representa y defiende los intereses de los asociados ante las administraciones públicas o empresas distribuidoras de energía y actúa como facilitadora de la relación de las empresas instaladoras en la labor administrativa que los asociados mantienen con estas entidades en el desarrollo de su actividad.
Esto conlleva una labor de representación colectiva de los intereses generales del sector y su punto de vista en las diferentes normativas publicadas y, por otro lado, un apoyo concreto y de gran utilidad para gestionar los numerosos permisos que se requieren para la instalación y puesta en marcha de los diferentes proyectos.